martes, 17 de noviembre de 2015

Fiestas navideñas, 1913

Fiestas navideñas, 1913


“Durango quedará en estos días nuevamente bajo la acción de las autoridades constituidas”, “Cuatrocientos Carrancistas se rinden”, “Pronto tomarán la ofensiva contra los alzados, las tropas de la Div. del Bravo”, éstas son algunas de las noticias que el periódico El Independiente publicó el 25 de diciembre de 1913 en su primera plana; las acompañaba también una nota alusiva a los festejos de la temporada: “Las tradicionales posadas pasaron llenas de animación y de bullicio”.
Según ese diario la nochebuena cerró con broche de oro las fiestas decembrinas “lo mismo en la suntuosa residencia que en el humilde hogar”. Las posadas se festejaban entonces con espíritu religioso hasta llegar al “patio de vecindad, lleno de estorbos y poblado de chiquellería, cuyas vocecitas se confunden con las de las personas mayores”; se cantaba la letanía y tonadas más profanas como “anda Lolita, no te dilates, echa confites y cacahuates”.
La piñata iba rellena de cañas, naranjas, confites; en hogares menos modestos se les añadían frutas secas; incluso se bailaba y se bebía, “las parejas se lanzan al compás voluntarioso y entre pieza y pieza desfilaban las botellas de tequila, de mezcal y otros compuestos alcoholizados”.
En la Alameda central no faltaban, como ahora, los puestos donde se vendían juguetes, adornos navideños, colaciones; de acuerdo con el diario se trataba de “fruslerías” y “piñatas antiestéticas”; en las casas ricas.

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