La formación de una conciencia histórica
La
autora logra reunir diferentes opiniones e ideologías que construyen una
opinión sobre la enseñanza de la historia en México.
Esto
está divido en 2 publicaciones:
1 1. Que toma las aportaciones de
diferentes procedencias ideológicas (Facultad de filosofía y letras de la UNAM,
colegios de Jalisco y San Luis, las universidades Pedagógica y Nacional,
autónomas de Morelos, de Colima e Iberoamericana) Todas estas unidas en una
problemática que involucra el proceso que tienen los productos finales que
somos nosotros formados en las instituciones que abarcan desde la educación
básica hasta la superior, tomando en cuenta como gran influyentes reformas,
profesores y su capacitación, educación de los alumnos, culturas, libros de
texto entre otros como y se construye nuestra persona a través de todo este
proceso.
“En
medio de todo esto estamos inmersos nosotros y nuestro futuro. Aquí se habla de
cómo a través de los años y por cada generación que pasa se van perdiendo
valores históricos y esta forma de pensar va evolucionando y dando lugar a la
perdida de todos los conocimientos y de raíz, ósea que no tenemos ya nociones
del porqué de lo que pasa y lo de que se celebra.
El reto actual de la enseñanza de la
historia consiste en no limitarse al qué y cómo, sino al por qué y para qué.
Las bondades del programa de libros de
texto gratuitos establecido por Torres Bodet en 1960 son leídos en Jalisco, por
José María Muriá, paradójicamente desde el reclamo regional por una perspectiva
de la historia que supere, precisamente, a la inauguración de este programa,
por diversas razones, se canceló durante tres décadas (de 1960 a 1990) los
contenidos regionales existentes desde las tres últimas décadas del XIX (1872).
Situación que, en medio de dificultades comenzará a resolverse con la
publicación de la Breve
historia de Jalisco (Muriá,
1988) y los programas de actualización de profesores al respecto, lo cual marca
el reinició de las historias regionales con fines pedagógicos.”
La enseñanza de historia se va
deteriorando a partir de las nuevas reformas y de cambios que se han sufrido a
través de ellas, sin dejar si quiera que se dé la oportunidad de notar los
frutos de dichos cambios, a esto se debe agregar el poco interés o tiempo que
se le invierte a la materia, poniendo en duda su presencia en el pan de
estudios.
Cabe mencionar que los educadores no
consideran que este artículo vea todo el lado del problema.
Parea las comunidades indígenas se
enseña la historia desde un plano más particular tomando en cuenta su cultura y
para darles un sentido de pertenencia.
Este sentido de pertenencia también se
da entre mexicanos migrantes, ellos son quienes mantienen vivas las tradiciones
y costumbres de su país como efecto de la enseñanza.
Parte II: Homenaje a Mireya Lamoneda
“En esta reseña comentaré la segunda
parte de este libro, iniciando con el artículo escrito “entre dos plumas”, que
nos lleva a reconocer la pasión de Mireya Lamoneda y de Luz Elena Galván por la
corriente de los Annales y la interdisciplinariedad.”
En esta segunda parte se ataca la forma
de enseñanza de la parte histórica en las aulas, de la forma de endulzar los
relatos para adecuarlos a niños que se creen todo lo que escuchan, historias en
las que el mismo docente se engaña y además exige que así sea aprendida, la
educación histórica no debe ser solo impartida en las escuelas, debemos
enriquecer a nuestros alumnos pidiéndoles que ellos también tienen sus propias
ideas y que es válido dudar e investigar, en otras palabras crear un
pensamiento subjetivo y autónomo, muy independiente de la rama educativa.
Los autores de esta segunda parte trata
de innovar las formas de enseñanza de la historia, uno de ellas es tener inmersos
a sus estudiantes y hacerlos parte de esa historia, darles el valor
correspondiente de los hechos que los han llevado hasta donde están, todo esto
con el objetivo de ubicarlos en el proceso y lograr el entendimiento del
espacio y tiempo histórico, no solo se trata de materiales didáctico o
aburridos cuestionarios, si no de crear soluciones a las necesidades del
alumnado.
Desde
un enfoque etnográfico, María Guadalupe Mendoza nos dice que el profesor deberá
iniciar con el análisis de su práctica para identificar los problemas que
enfrenta.
En base a estas declaraciones el
profesor deberá hacer una autoevaluación de su práctica que podría encausar su
práctica y mejorar la calidad de enseñanza que está aportando hasta ese
momento.
Es importante meditar nuestra práctica,
cada cabeza es un mundo diferente y la función del docente es lograr introducir
la historia en cada uno de esos mundos, el arte de enseñar significa hacer que
te interese, no que memorices.
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